El Tiempo olvida, no quiere recordar, hace de sus oídos grandes muros por los que nada ni nadie podrá pasar.
El Tiempo olvida, y va a olvidar, tanto tiempo perdido hablando sobre cómo recordar.
El Tiempo olvida, no me dejará pensar en que un dia te quise y al siguiente no te supe amar.
El Tiempo olvida, y no dejará de olvidar, porque dicen que cura… Pero el que olvide sólo me hace sangrar más.
Hoy el Tiempo sólo olvida, sólo quiere olvidar, no tiene tiempo para dedicarle un ultimo hueco a la memoria del amar.
Hoy el Tiempo olvida… Pero mañana olvidará más, no querrá recordarte y yo no podré luchar más, lloraré la pérdida de tu último recuerdo y no te podré recordar más.
Hoy el Tiempo me dijo que desearía volver atrás, volver a mirarte a los ojos para no tener que olvidar más.
La tristeza del Tiempo se refleja en su intento por recordar, recordar los versos que te dedicó un día y tu no quisiste valorar; pero le duele tanto recordar… que ahora tan sólo quiere olvidar.
Yo no soy el Tiempo, pero si lo fuera lucharía por recordar esas cosas que me diste, esas cosas que nadie sabe que están.
No, yo no soy el Tiempo; pero si lo fuera, volvería atrás, como él quiere, para cambiar tantas y tantas cosas que el Olvido ya se quiso llevar, cosas que un día recuerdas, y otro ya no están.
Yo no soy el Tiempo; pero si lo fuera, me pararía sólo para poderte observar, en cualquier parte del mundo, en tierras de tu sangre o en villas de mi mirar, estuvieras aquí, a mi lado, o en el más lejano de los lugares, donde pensaramos que no nos podríamos abrazar más.
Si fuera el Tiempo pararía, sólo para poderte mirar, decirle a la Luna que un día fuiste mía, volver a mi camino y simplemente volver a olvidar.
El Tiempo es caprichoso, quiere que te olvide sin más; dijo que ya no eras mía, que te dejara marchar, que tengo vida, que otra llegará.
Anoche el Tiempo me lo dijo todo, me dijo que no te volviera a susurrar, que no me pertenecías, que el Olvido me curaría y tú con él mismo te irías.
Anoche el Tiempo pensó que me rendiría, que me abrazaría a él y que su amigo el Olvido me ayudaría.

El Tiempo olvida, ya no quería recordar, que la Luna fue testigo de tantos besos que nos trajo el amar.
El Tiempo olvida, ya no quería recordar, que por nada en el mundo te iba a soltar, que por mucho que el corriera no te dejaría marchar.
El Tiempo olvida, pero yo no voy a olvidar.
Él cree que me falta, pero tengo para regalar, y aunque pasen cien años, donde el Tiempo nos separe, cuando vuelvas, allí mismo me encontrarás, esperándote, con el Tiempo de compañero y el Olvido como un simple recuerdo.
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